Mientras La Habana se prepara para la inauguración de su edificio más alto, la Torre K, el proyecto ha desatado controversia entre los lugareños.
El edificio, que albergará un nuevo hotel y que mide 154 metros de altura (505 pies), comenzó a construirse en 2018. Según fuentes gubernamentales, el costo de la inversión es 100 por ciento cubano.
Algunos residentes de La Habana han expresado su preocupación de que los fondos se utilizarían mejor en renovar edificios coloniales deteriorados cerca del centro de la ciudad, construir proyectos de vivienda o ayudar a la población de bajos ingresos que enfrenta graves desafíos económicos.
Las críticas a la construcción de hoteles también apuntan a la disminución del turismo y a la aguda crisis económica que vive el país.
En 2024, Cuba recibió 2,2 millones de turistas, un millón menos de lo esperado y menos de la mitad de los niveles previos a la pandemia.
Este año, el país caribeño se enfrentó a desastres naturales, escasez de combustible, inflación y tres apagones a nivel nacional que afectaron todos los aspectos de la vida nacional, incluido el turismo.