El pasado 19 de septiembre llegó a Netflix la nueva serie true crime ‘Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez’. Una ficción basada en el caso real del famoso parricidio de estos dos hermanos, que acabaron en 1989 con sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills. Unos hechos por los que fueron condenados a cadena perpetua en 1996, sin opción a la libertad condicional.
La ficción, que ya es la más vista de la plataforma estos días, está protagonizada por Nicholas Alexander Chavez, Cooper Koch, Javier Bardem y Chloë Sevingny y ha sido creada por Ryan Murphy e Ian Bennan, que también están detrás de ‘Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer’.
Como suele suceder en estos casos, el caso real de los Menéndez vuelve a estar de actualidad y la serie ha generado un aluvión de reacciones. Parece que todo el mundo tiene algo que decir al respecto en las redes sociales, donde hay un sinfín de opiniones.
Pero no sólo se habla de los protagonistas de la historia o de qué tan justa fue la justicia en los años noventa. También hay quienes se han limitado a comentar la serie como lo que en realidad es: un producto de entretenimiento. Y eso no es todo. Algunos se han dado cuenta de un fallo que Netflix se ha apresurado a solucionar.
Se trata de un error en el segundo episodio que no ha pasado inadvertido y que se podía ver en el momento en el que Erik y Lyle salen de casa de Billy, donde habían ido para tratar de abrir la caja fuerte de su padre y hacerse con el testamento. Es entonces cuando algunos se dieron cuenta de que había un elemento que no debía estar ahí… porque en los años ochenta simplemente no existía. ¿Y de qué se trata? De un portero automático de color negro, moderno, que pertenece a nuestros tiempos.
Lea más en Mundo Deportivo