Lo que la ilustradora Luisa Vera creó durante el confinamiento a modo de juego se ha convertido en un proyecto colectivo, The Barcelonian, en el que distintos dibujantes reinterpretan la ciudad, su carácter y también sus problemas.
No hay una Barcelona sino 251. Tantas como ediciones hay de The Barcelonian, una cubierta de revista sin revista detrás donde lo importante es la ilustración de portada. El proyecto, idea de la ilustradora Luisa Vera (Elda, 1962), nació como otras tantas cosas durante el confinamiento por la covid en 2020. “Yo iba haciendo un diario ilustrado y en uno de esos dibujos decidí ponerle una cabecera que decía The Barcelonian”, cuenta y prosigue, riendo: “Todo fue un poco broma y fíjate adónde nos ha llevado la broma”. En esa primera cubierta salía la propia Luisa leyendo en la azotea de su casa números atrasados de The New Yorker. De fondo, la ciudad de Barcelona y sus tejados. A esa ilustración siguieron varias más hasta que Luisa mandó un wasap a su grupo de amigos de la profesión: “Oye, ¿os apetece participar?
Del entusiasmo nació una cuenta en Instagram (@thebarcelonianillustrated) que hoy tiene casi 30.000 seguidores, 251 ilustraciones subidas, tres exposiciones, un libro publicado y un segundo en marcha. El proyecto personal de Vera sobre la ciudad confinada se convirtió en un proyecto colectivo en el que la acompañan la periodista y gestora cultural Inés García-Albi y el diseñador Stefano Puddu y los ilustradores le mandan su visión de Barcelona. Y ella, que no interviene ni les dice qué mostrar, solo pone una condición: que tengan un lazo con la ciudad, un vínculo que les permita representarla no solo físicamente, sino también su carácter y lo que significa para los propios ilustradores. “Postales de Barcelona ya hay muchas. Queremos ilustraciones que cuenten historias”.
De ahí que, entre símbolos como La Sagrada Familia o el teleférico de Montjuïc, también haya portadas como la de Carles Arbat de un crucero engullendo la ciudad o una de Andreu Zaragoza titulada ‘Derecho a la vivienda’ en la que una pareja de ancianos baja una escalera marchándose de un edificio de pisos mientras dos jóvenes turistas que acaban de llegar la suben. Esta última, la más viral en redes, hizo que a Vera le llegaran imágenes de la misma portada manipulada en las que habían cambiado la cabecera por nombres de ciudades como Medellín, Lisboa o Venecia, todas ellas con una alta saturación turística y desarrollado proceso de gentrificación. “Es nuestro principal problema, ese y la masificación y la falta de acceso a la vivienda. Vas a pasear a la Rambla y hay gente de cinco cruceros que han desembarcado a la vez o vas a comer a un sitio que te gustaba y está lleno. Y en mercados como el de la Boquería, si vas, sientes que te han puesto allí en plan: ‘Mira, una indígena”, denuncia Luisa Vera, que agrega que el problema no es la gente que viene, sino la gestión que se ha hecho durante todos estos años.
Ella, que nació en Elda (Alicante), estudió en Valencia, vivió 20 años en Nueva York y en 2002 llegó a Barcelona con su pareja y su hijo, que entonces tenía tres meses, considera a la ciudad su hogar y el sitio en el que más cómoda se siente. También, el lugar ideal para desarrollar un proyecto como The Barcelonian por la cantidad de ilustradores que viven en sus barrios. “Recibimos las propuestas y las publicamos, después vendemos los dibujos en una página web y cada ilustrador recibe liquidaciones por sus trabajos vendidos. Pero este no es un proyecto para forrarse”. Las ventas de las ilustraciones sirvieron para financiar parte de la publicación del primer libro, que incluía las primeras 102 portadas. La otra parte la puso el Ayuntamiento de Barcelona con una subvención pública. El segundo esperan financiarlo con el dinero que tienen recaudado y con patrocinadores que quieran colaborar.
Aunque Luisa no lo sabía al subir su primer The Barcelonian, en otras ciudades ya existían proyectos parecidos. El primero fue The Parisianer, creado en 2013, con cubiertas imaginadas de la ciudad de París. También hay otros como The Milaneser, The Tokyoiter o The Shanghairen. En España, The Barcelonian marcó el camino y ya existen The Madrileñer, The Gaditaner y The Zaragozian, entre otras.
Sobre el futuro, la ilustradora es más partidaria de improvisar que de planear, y asegura que tienen ideas a corto plazo como la publicación del libro o montar otra exposición. “Bueno, un sueño sería una gran exposición internacional con portadas de ciudades de otros países”, confiesa. Por el momento, y a razón de una publicación por semana, ya tiene todo el año planeado hasta diciembre de la cantidad de ilustraciones que recibe. Un escaparate para una ciudad que actúa de musa, pero, sobre todo, para el talento creativo.
El País