Los eventos desafortunados en Nueva Orleans y Las Vegas tienen a las autoridades en el sur de Florida analizando con lupa cualquier cosa que represente una amenaza para la seguridad pública.
Con las celebraciones por el fin de año, miles de turistas y residentes participan de actividades al aire libre y se acercan eventos de gran magnitud como el Orange Bowl el próximo jueves 9 de enero, que será en Miami Gardens, en la céntrica Lincoln Road de Miami Beach se espera una gran multitud de fanáticos.
En Miami Beach, el departamento policial informa que tienen un plan sólido que incluye patrullajes e inteligencia.
Christopher Bess, portavoz del departamento de policía de Miami Beach, explica: “Tenemos un aumento de oficiales de la policía en el territorio haciéndole seguimiento a lo que pasa en las calles aunque por ahora no hay amenazas creíbles en nuestra ciudad”.
Quienes pasen esta semana por la avenida Washington y Ocean Drive notarán un aumento en la seguridad. En Lincoln Road hay barreras adicionales con más oficiales de la policía bloqueando los ingresos al paseo peatonal para asegurar que nadie pueda entrar conduciendo.
“Entendemos que mucha gente tiene miedo pero estamos en constante comunicación con las agencias locales y federales para hacer seguimiento e inteligencia … estamos haciendo todo lo que está en nuestro poder”, dijo el portavoz de la policía de Miami Beach, Christopher Bess.
Las propiedades del presidente electo, Donald Trump también se blindan en el sur de Florida. Amplia seguridad para el ingreso al club Trump National de Doral y en Sunny Isles se definieron nuevos protocolos de seguridad.
En un comunicado, un portavoz de la ciudad expresó: “Somos plenamente conscientes de que Sunny Isles Beach alberga varios edificios de Trump, por lo que estamos en contacto frecuente con el personal de seguridad de todos los edificios, así como con las agencias estatales y federales”.