De pie, frente a una bandera estadounidense y flanqueado por dos tractores John Deere, el alcalde de Miami, Francis Suárez, pronunció el miércoles un discurso que marca la cuenta regresiva de su último año en el cargo.
Detrás se vieron trabajadores de la construcción, un puñado de grúas y el esqueleto de lo que algún día se convertirá en el gran proyecto de legado de Suárez: un estadio de la Major League Soccer de $1,000 millones que será la sede permanente del Inter Miami.
“Este acuerdo fue como dar a luz”, dijo Suárez después de agradecer a los propietarios del Inter Miami, Jorge y José Mas, y al futbolista retirado David Beckham. “No sólo desafío a cualquiera a que encuentre un mejor trato”, añadió Suárez.
ENH