La Inteligencia Artificial es ya una tecnología muy presente en nuestras vidas, y prácticamente a cada semana que pasa lo es más. Esto es porque la IA cada vez tiene más capacidades y habilidades, lo que la convierte en una herramienta que se puede aplicar en diferentes aspectos de nuestro día a día, como es en el trabajo.
Desde los inicios de esta tecnología, se ha puesto como objetivo principal que sea una herramienta que vaya a sustituir a las personas en sus tareas más aburridas, tediosas, repetitivas o que requieran esfuerzo físico, para dejar a los humanos labores de creación o cosas más artísticas a las que las máquinas no llegan por si solas.
El problema es que el sustento de muchísimas personas depende de estas actividades y trabajos, por lo que la llegada de máquinas supone una seria amenaza para el trabajo de estas. Y a pesar de que las compañías que están desarrollando estas IA y los expertos aseguren que todavía queda mucho para que esto ocurra, lo cierto es que no es así.
Y aunque es verdad que a gran escala todavía no hay casos de personas que pierden su empleo por una IA, sí que hemos visto ejemplos de ello. Uno de los más sorprendentes y radicales fue el de la startup india propiedad de Suumit Shah, llamada Dukaan.
Esta compañía se dedica a facilitar la creación de sitios web de comercio electrónico, y hace cosa de un año su CEO decidió tomar la drástica decisión de despedir al 90% de sus empleados dedicados a la atención al cliente para sustituirlos con una IA llamada Lina.
Según Shah, este cambio fue una situación muy complicada, pero necesaria debido al clima económico del país y para que la empresa continuara siendo viable. Y es que como publicó él mismo desde su cuenta de Twitter los resultados fueron prácticamente inmediatos y muy prometedores.
Esto es porque el tiempo de respuesta de llamadas pasó de ser de un minuto y 44 segundos a respuestas inmediatas, debido a que el chatbot tiene la capacidad de responder a un promedio de 200 chats en vivo. Al mismo tiempo que el tiempo de resolución de problemas se redujo de de 2 horas 13 minutos a tan solo 3 minutos 12 segundos.
Y como guinda del pastel, y debido a que a la IA no hay que pagarle un sueldo, los costes del equipo de atención del cliente se redujeron en un 85%. Todo suena muy perfecto e ideal, pero también hay que tener en cuenta que depender enteramente de las máquinas puede ser peligroso, sobre todo en este clima repleto de ciberataques constantes.
Con Información de El Economista