Las imágenes de los 238 venezolanos expulsados desde EEUU camino de la megacárcel salvadoreña del Centro de Reclusión para Terroristas (CECOT) han dado la vuelta al mundo, tan parecidas a las que las precedieron hace dos años con presos locales de la Mara Salvatruchas, que lanzaron al estrellato mediático mundial al presidente Nayib Bukele.
Por: El Mundo
Esposados de manos y pies, llevados en cuclillas, casi arrastrados desde la escalerilla del avión que les condujo al país centroamericano tras el acuerdo entre Donald Trump y su aliado salvadoreño. Bukele fue el único invitado de las Américas, junto al argentino Javier Milei, a la ceremonia de toma de posesión en Washington del 20 de enero.
Una alianza recia que ya da sus frutos, muy polémicos, como se pudo comprobar con el estremecedor ritual de afeitado de cabezas, incluso de barba, de los nuevos presos uniformados de blanco y amarillo, que siguió al aterrizaje del avión de los deportados, contra quienes los guardias encapuchados actuaron con extrema brusquedad.
“Estos son los monstruos que el corrupto Joe Biden y los demócratas de izquierda radical enviaron a nuestro país”, aseguró tajante Trump, quien durante toda la campaña electoral y en los casi dos meses de gobierno ha estigmatizado a los venezolanos como terroristas, delincuentes y violadores, miembros del Tren de Aragua, la mafia transnacional nacida en la cárcel venezolana de Tocorón.
Trump recurrió a una ley creada dos siglos atrás para periodos de guerra, la misma que durante la Segunda Guerra Mundial sirvió para confinar a miles de ciudadanos de origen japonés que vivían en EEUU. Un acuerdo “win to win” que celebraron ambos gobiernos y que supondrá que Washington pague 20.000 dólares por cada uno de los apresados, presuntos miembros del Tren de Aragua, sin proceso ni judicialización. En total, casi cinco millones de dólares que ayudarán a financiar el sistema penitenciario salvadoreño, una de las joyas de la corona de Bukele, el presidente más popular de las Américas pese a sus polémicas constantes.
“Enviamos a más de 250 extranjeros, enemigos del Tren de Aragua, quienes El Salvador se comprometió a mantener en sus excelentes cárceles a un precio justo que también ahorrará dinero a nuestros contribuyentes. El presidente Nayib Bukele no sólo es el líder de seguridad más fuerte de nuestra región, sino que también es un gran amigo de EEUU. ¡Gracias!”, respondió el secretario de Estado, Marco Rubio, al dispositivo de los salvadoreños.
En la ecuación política sólo faltaba Nicolás Maduro, a quien el sábado pasado Washington acusó de mantener lazos muy estrechos con el Tren de Aragua y de liderar el famoso Cartel de los Soles, el entramado de los narcogenerales chavistas para enviar cocaína a Europa y Estados Unidos.
Puedes leer la nota completa en El Mundo