El cuerpo, según la Clínica Universidad Navarra, mantiene una temperatura constante mediante un centro localizado en una parte del cerebro llamada hipotálamo. Cuando ese centro, por diferentes causas, establece una temperatura más elevada, se produce la fiebre.
Por lo general, la temperatura es algo más baja a primera hora del día, en torno a las 6 de la mañana, y alcanza su máximo a entre las 4 y las 6 de la tarde. A esas horas, temperaturas de hasta 37,7 grados, por muy raro que pueda sonar, pueden ser perfectamente normales.
En casos graves, la fiebre puede causar somnolencia excesiva, confusión, convulsiones, vómitos, dolor fuerte en otras partes del cuerpo, diarrea, erupción cutánea, flujo vaginal inusual y dolor al orinar.
A tener en cuenta
Cabe destacar que históricamente se ha asumido que los 36,6 – 37 grados es la barrera de la fiebre. Ahora bien, un equipo científico británico ha desarrollado un estudio reciente que no lo deja tan claro. Por el momento, no han fijado una barrera térmica nueva, pero sí han hecho hincapié en que sería más bajo del comúnmente aceptado.
Tras estudiar a más de 610.000 consultas ambulatorias relacionadas con la fiebre, el colectivo ha determinado que todas las mediciones se han llevado a cabo en una sociedad generalmente más propensa a contraer enfermedades y, por tanto, con temperaturas corporales más altas.
De esta forma, con el paso de las décadas, esos márgenes han descendido y habrá que ir acostumbrándose gradualmente a que el mercurio cada vez esté más bajo. Además de la edad, el sexo, la altura, el peso y la hora del día en la que se toma la temperatura, es conveniente tener en cuenta la ropa, el clima, el ciclo menstrual…
ELECONOMISTA