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jueves, enero 23, 2025

Rusia se prepara para la gran batalla por el Donbás antes de negociaciones con Trump

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El Ejército ruso se prepara para la gran batalla por el control del corazón del Donbás antes del comienzo de las negociaciones entre el Kremlin y el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que presiona a Moscú con sanciones si no acepta poner fin a la guerra.

«La realidad sobre el terreno» es el mantra que repite una y otra vez el presidente ruso, Vladímir Putin, como punto de partida en unas futuras negociaciones de paz.

En respuesta, el equipo de Trump, que incluye a Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado, ha sugerido a Kiev que tendrá que hacer concesiones territoriales, ya que ve como imposible que recupere todas las regiones anexionadas por Moscú.

A día de hoy, la realidad sobre el terreno es que Rusia controla en torno al 20 % del territorio ucraniano, pero quiere más. Y es que Ucrania aún está en poder de un tercio de la región de Donetsk (unos 7.000 kilómetros cuadrados) y lo mismo se puede decir de Jersón y Zaporiyia.

La batalla de Pokrovsk, el momento de la verdad
La toma de Pokrovsk es la que marcará el éxito o el fracaso de la ofensiva que Rusia lanzó en la región de Donetsk en octubre de 2023.

El Ejército ruso acaba de tomar una nueva localidad en las inmediaciones de la ciudad que tenía 60.000 habitantes antes del inicio de la guerra, Solone, según informó el Ministerio de Defensa en su último parte de guerra.

Los rusos han conquistado desde finales de diciembre casi todas las localidades al sur y al suroeste de Pokrovsk, e intentan hacer lo mismo en el este con el fin de rodear la ciudad.

Los rusos no han puesto aún sus botas en la ciudad, pero Kiev ya ha procedido a la evacuación masiva de los miles de personas que aún residen en la urbe, ya que el enemigo ha cortado varios accesos por tren y carretera.

Los combates más cruentos tienen lugar actualmente en las minas de coque de las afueras de la ciudad, aunque, según algunos medios, los rusos habrían alcanzado los barrios industriales de la zona oeste.

Según la prensa independiente rusa, los ucranianos han cerrado o minado los yacimientos de coque, cuya caída en manos de Rusia sería un duro revés para la economía nacional.

El coque es lo que mantiene en marcha las acerías ucranianas, la segunda fuente de ingresos por exportaciones tras la agricultura en este país, varios miles de millones de dólares.

Ucrania exporta dos tercios del acero a la Unión Europea. Para mantener en pie esa industria tendría que importar coque de otros países, como Estados Unidos.

Kiev ya perdió el control de los yacimientos de litio cuando los rusos conquistaron la localidad de Shevchenko, al sur de Pokrovsk.

El sur del Donbás, al alcance de la mano
Mientras, las tropas rusas intentan hacerse con el control de todo el sur del Donbás, lo que también tendrá consecuencias para la intersección con las vecinas Zaporiyia y Dniepropetrovsk.

Tras la toma de Kurájove, el objetivo de Moscú es la plaza fuerte de Velika Novosilka, que está ya prácticamente rodeada por el enemigo. Su caída en manos rusas es una cuestión de unas pocas semanas.

Según la plataforma ucraniana DeepState, los rusos atacan desde el norte, este y sur, y ya han accedido a las zonas residenciales, por lo que se está cerrando la ventana para que los ucranianos puedan replegarse por un estrecho paso en el noroeste.

Además de acercarse al eje de la citada intersección, las fuerzas de la agrupación militar Vostok (Este) tendrían el camino expedito para avanzar por la carretera que une Donetsk con Zaporiyia.

Los rusos también combaten en las ruinas en que los bombardeos han convertido el centro de las plazas de Toretsk y Chasov Yar, más al norte.

En el punto de mira está Kostiantinivka y aún más al norte las estratégicas Sloviansk y Kramatorsk, a las que Moscú intenta llegar, por ahora sin suerte, desde Kúpiansk, en la región de Járkov.

Lo que no han logrado los rusos es expulsar al enemigo de su territorio, es decir, de la región de Kursk, a día de hoy la principal moneda de cambio en manos del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Las líneas fortificadas que los ucranianos construyeron en torno al distrito de Sudzha se han convertido en impenetrables para las fuerzas aerotransportadas rusas, que han recuperado en casi medio año sólo un 60 % del territorio de Kursk.

Mientras, Kiev mantiene que Moscú está sufriendo una gran cantidad de bajas en su actual ofensiva en el Donbás, que sólo en 2024 ascenderían a 434.000, de ellos 150.000 muertos, según el Estado Mayor ucraniano.

EFE

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